EL VALLE DE CONCAVENATOR: MITO Y REALIDAD

EL VALLE DE CONCAVENATOR

Dirección: Víctor Matellano

Año: 2022

Sinopsis

Unas investigadoras preparan un proyecto sobre la dinomanía a partir de dos dinosaurios, uno ficticio y otro real: el carnívoro de El valle de Gwangi de Ray Harryhausen, y la especie única Concavenator, encontrada muy cerca del lugar de rodaje de aquella película. Para ello contactan con Colin Arthur, mago de los FX colaborador de Harryhausen, y con José Luis Sanz, uno de los paleontólogos que descubrió el Concavenator.

Conclusiones

De la mano de Matellano, nos damos un paseo por la historia, o mejor por las historias. De un lado, la creación de la mítica película El Valle De Gwangi y de otro, el descubrimiento del dinosaurio más nacional, que fue descubierto en el paraje donde se rodó la película. Magnifica la narrativa con la que aborda Víctor, este proyecto que combina mito y realidad, con lo que atrapara tanto a los amantes de la fantasía como a los de la paleontología más real.

Lo que nos Enseña

Es curioso como su director es capaz de hacer este documental con capas y más capas. Por un lado, lo aborda desde el punto de vista más cinematográfico posible, dándole a las 3 investigadoras un papel que perfectamente podía ser el principio de una película como tal, las presenta sencillamente como si estuviésemos ante una película y no ante un documental, y eso es maravilloso, desde ese punto de partida es donde se desarrolla la investigación de nuestras protagonistas, ya en lo más puro del documental con dos líneas de investigación, una la cinematográfica donde conoceremos los entresijos de la mejor película de dinosaurios de la historia de la mano de Colin y una segunda donde de la mano de José Luis conoceremos uno de los hallazgos científicos más importantes de nuestro país. Y no se conforma Víctor con eso, sino que, entre fotogramas, sabe meter una increíble nostalgia que a los más mayores nos llevara directamente a nuestra infancia, donde las pelis de dinosaurios eran arte, y lo más parecido al merchandising de estas eran los Kalkitos que nos hacían soñar.