LEGADO EN LOS HUESOS: EL VALLE TE OBSERVA
LEGADO EN LOS HUESOS
Dirección: Fernando López Molina
Año: 2019
Sinopsis
Ha pasado un año desde que Amaia Salazar resolviera los crímenes que aterrorizaron al valle del Baztán. Embarazada y decidida a dejar atrás lo vivido en Elizondo, la vida de la inspectora se ve de nuevo alterada por un suceso inesperado: el suicidio de varios presos que dejan una única palabra escrita en la pared de sus celdas, Tarttalo. Los peligros que Amaia creía haber dejado atrás regresan con más fuerza que nunca y la inspectora deberá enfrentarse a este nuevo caso en una vertiginosa investigación amenazada por la presencia de su propia madre
Conclusiones
Con esta nueva entrega se parecen solucionar algunos de los defectos que tenia la primera, defectos que sorprendían de sobremanera, sobre todo la falta de calado del que hacía gala su personaje central, una inspectora que en esta nueva entrega si que parece estar a la altura, su personaje (que en la anterior entrega le parecía no encajar) en esta nueva aventura si le encaja a la perfección dándonos una inspectora más creíble más curtida y sobre todo mucho más construida, con lo que ahora si es la Etura que estamos acostumbrados a ver, derramando todas sus dotes interpretativas sobre Baztán. Las historias en este caso es mucho más interesante, mucho más oscura, sombría y siniestra, así como la anterior no era nada más que un Thriller al más puro estilo de investigación, eso sí con un final que parecía querer coquetear con otro género muy querido por nosotros, pero eso no era más que una sombra (nunca mejor dicho) pues la cinta se había mantenido siempre en lo netamente natural y terrenal, en esta nueva entrega sí que va más allá y aunque sigue manteniéndose en los cánones del Thriller, si que se permite un paso al frente para andar en la delgada línea que podía separarla de terror, coqueteando eso si desde el lado real, con los elementos del fantástico mirando a estos de frente pero desde la seguridad del puramente policiaco, desde donde las pinceladas de lo sobrenatural adornan la cinta haciéndola mucho más interesante de lo que era la primera aventura de Salazar pues ese punto siniestro te engancha al contener en esa fusión de los dos géneros, que sabe unir pero no mezclar para mantener el matiz de ambos en paralelo.
Lo que nos Enseña
La cinta aun siendo soberbia en su pulso, unión de géneros, historia que nos cuenta, también es poseedora de un punto negativo, el primer tramo de la cinta está dotada de una velocidad narrativa que te saca de la cinta, no es fácil seguir la trama, (en especial para el espetado que no ha leído la novela) pues parece querer contarnos demasiados afluentes de la historia central, hacia la que nos va llevando en ese primer tramo, pero lo dicho, es como si le faltara tiempo para llegar al segundo tramo donde todo fluye ya a la perfecta armonía, quizás y solo quizás (ya que cuando escribo estas líneas no he disfrutado la novela) eso sea debido a que dado el tamiz con el que Redondo nos narra la historia sobre papel, de para demasiado, y esta película nunca debió existir como tal, debiendo esta estar dividida en dos cintas donde González Molina, hubiese tenido mucho más tiempo en desarrollar la historia y envolvernos en ella, pues la velocidad cambia de manera abrupta en la mitad de la cinta para ya narrar en perfecta armonía, con lo que queda demostrado que con el tiempo necesario sabe perfectamente planificar lo que la historia necesita. Por otro lado en lo que si funciona a la perfección en la cinta, y ya lo hacía en la primera, una B.S.O que te absorbe y te mete de llenos en la cinta, unas precisas localizaciones en este precioso valle, que bien es cierto que en las manos de Fernando se tornan bellas o temibles según necesidad del momento de la historia, también es curioso un pequeño cambio de registro en la fotografía, en la primera cinta, esta estaba dotada de unos tonos fríos que dado el paisaje, y el clima que nos acompaña funciona a la perfección (y por qué no decirlo suelen estar presentes en el cine de estas genero, en cintas del norte de Europa) pero ahora va más allá y enmarcados es esos tonos fríos es capaz de meter tonos mucho más cálidos y más propios del terror, genero que como ya decía coquetea en esta historia, esa fusión de colores que se hermana con el avance de los dos géneros en paralelo, funciona a la perfección dando una extraña fotografía pocas veces vista pero hermosa. La dirección está dotada de mucha belleza con unos planos muy personales que emociona dada la unión de los movimientos de la cámara de Fernando que unidos a la Fotografía y la orquestación de la música son el plato fuerte de la historia.