MATAR A DIOS: DE HUMANO A DIVINO
MATAR A DIOS
Director: Caye Casas, Albert Pintó
Año: 2017
Sinopsis
Una familia se prepara para celebrar el fin de año en una aislada casa en medio del bosque, cuando irrumpe un misterioso vagabundo; es enano, dice ser Dios y amenaza con exterminar a la especie humana al amanecer. Sólo se salvarán dos personas, y la familia ha sido elegida para escoger a esos dos únicos supervivientes. El destino de la humanidad recae en cuatro desgraciados que, evidentemente, van a querer salvarse.
Conclusiones
Una cinta con cierto parámetros que la meten de lleno en una dinámica muy novedosa, tanto en su puesta en escena como en su guión como en su construcción total, la cinta fluye perfectamente ante nuestros ojos con dinamismo y entusiasmo, una cinta modesta en presupuesto pero no en resultado, todo en ella brilla (aun desarrollándose en un lugar sombrío), la cinta tiene muchos paralelismos en su base con el teatro, una concepción arriesgada pero perfecta, esa arriesgada concepción que funciona a la perfección en un escenario no tiene por qué funcionar, pero funciona por una mera cuestión de tener claro cuáles son tus límites, no sé muy bien explicar porque esta cinta me evoca directamente a una representación teatral porque realmente juega en paralelo a este medio, pero sin duda tiene su esencia allí oculta en algún fotograma, invisible al espectador pero presente para impregnarse en tu subconsciente mientras la ves, invisible a tu realidad pero presente y esa magia la hace maravillosa.
Lo que nos Enseña
Un concepto de base muy frecuente en nuestro cine, (un presupuesto ajustado, con el resultado de pocos personajes y pocos decorados) lo que es por un lado podría ser triste, por la falta de presupuesto, pero se convierte en todo lo contrario, como realizador si no cuentas con presupuestos grandilocuentes, solo tienes un elemento para tu partida, EL TALENTO, y desde luego aquí el talento que demuestran sus creadores es sublime cada momento cada fotograma y cada encuadre muestran mucho talento, estos dos directores saben muy bien cómo se trabaja en el mundo de corto, y lo han llevado a lo más profesional con esa misma a formula, la magia de corto al servicio del largo que es ni más ni menos que "más es menos" esa fórmula que ya es sabida que en el corto funciona (siempre que vaya sumada a talento, claro), el conjunto es consistente y espectacular, la película se rinde al servicio de la historia, sin más y eso es lo que funciona, una cinta de diez con muchísimo más de lo que podría esperarse de ella, un de esas sorpresas que dejan un excepcional sabor de boca al espectador.