LITIO: CINE EN VENA
LITIO
Director: Sergio Blasco
Año: 2001
Sinopsis
Una joven adicta a la heroína nos cuenta su particular y oscura visión de la vida. Innumerables recuerdos de su traumática niñez atormentan las constantes noches de “mono”, insomnio y locura, llegando a reencontrarse con la niña inocente que un día fue.
Conclusiones
Hoy con una trayectoria ya vista de Blasco donde deja claro cuáles son sus intenciones en la industria y que es lo que le va, por esa trayectoria precisamente es por lo que aún sorprende más este corto, por su pureza por lo blanco que es (comparativamente al resto claro) la pureza de una historia donde la violencia es mucho más sutil de lo que luego es sus siguiente trabajos fue, pero aun así, a pesar de lo blanco de la historia, esta está dotada de una mala baba brutal, pero una mala baba con muchísima elegancia donde prefiere asombrarnos que asustarnos directamente, pero con ese juego lo que consigue es mucho más siniestro y duro, un corto con muchísimo que contar, terror y sufrimiento en vena (nunca mejor usado el símil)
Lo que nos Enseña
Lo que nos enseña y cómo lo hace es pura poesía visual, lo que nos cuenta nos entra por los ojos directo al torrente, con una potencia visual de una belleza brutal, lo siniestro y lo bello se funden en una espectacular historia, en la que cualquiera que haya vivido los 80,s, se sentirá perfectamente reflejado en un reflejo de una sociedad tan siniestra como inocente con una juventud truncada con un peligroso juego que Blasco retrata a la perfección con una potencia inusitada, metiendo algo real en algo fantástico y onírico poesía, cinematografía al servicio de una historia contada con una voz en off y unas perfectas imágenes que convierten e primer trabajo del Valenciano en una experiencia sobrecogedora para el espectador y una declaración de intereses para su director, que con este trabajo se hizo un pequeño hueco en la industria, (eso sí un hueco muchísimo más pequeño de lo que vistos sus trabajos se merecía), la posterior trayectoria de Blasco, quizás con mucho más éxito fuera de nuestras fronteras que en casa, demuestran que muchas veces nuestra industria no está preparada para servir a un cine excesivamente moderno. De la mano del poeta de lo macabro solo recibimos bofetada de celuloide que nos pretenden despertar, pero muchos no están preparados para tanto placer fílmico, EL RESTO QUEREMOS, ESPERAMOS Y EXIGIMOS MÁS DE EL SINIESTRO OJO DE SERGIO.