LA SAGA DE LOS DRACULA: LA BAT FAMILIA
LA SAGA DE LOS DRACULA
Director: León Klimovsky
Año: 1972
Sinopsis
Una joven pareja viaja a Transilvania para visitar el castillo del abuelo de ella. El mismísimo Conde Drácula. Cuando, por fin, la pareja llega al castillo se encuentra con una troupe de extraños familiares, que esperan ansiosos a la jovencita, pues trae en su vientre al que será el heredero del conde,
Conclusiones
La cinta funciona a la perfección, por dos matices que la hacen grande, por un lado el incombustible Ibáñez Menta, tan magistral como siempre, a pesar de su ya avanzada edad (para ser un vampiro que no envejecen) está soberbio como el conde, místico elegante, majestuoso y aterrador a partes iguales, y Klimovsky, que en esta es una de las que acertó, pues su carrera está llena de grandes películas, (como la que nos ocupas) y algún que otro batacazo incomprensible, lo más sorprendente es que siendo una historia llena de enormes agujeros argumentales, (en cuanto al vampirismo se refiere) y a pesar de ello es una historia perfecta donde cada personaje cumple su cometido a la perfección montando el puzzle de la historia y haciendo que te puedas olvidar de esto tópicos que la pareja de maestro del terror se pasan por debajo de la claqueta
Lo que nos Enseña
Pues nos enseña claramente como cuando lo malo es malo, pero lo bueno es excelente, solo verán los ojos de espectador lo bueno, pero no dejemos de preguntarnos.. Por un lado sorprende que a un vampiro, ser maligno por antonomasia del cine y la literatura, de repente le entren un sentimiento paternalista hacia su familia (normalmente esclavos) ¿porque un vampiro, un ser perteneciente a los que vagan entre la muerte y la no vida, tiene capacidad de procrear?, y más allá para que un ser inmortal, (bueno inmortal no, pues está muerto, pero ya sabemos a lo que se refiere el mito), le interesa sus descendientes y por tanto herederos..., sorprende todo esto, pero esos son los únicos problemas que tiene la cinta, cuestiones vanas de linaje, como diría el propio conde, al margen de eso el resto es una sucesión de escenas planos y momentos de envidiable belleza cinematográfica ejecutada con maestría. Incluso esos momentos es los que hay demasiada luz para ser vampiros (y su evidencia de ser para lucimiento de las vampiras), se solventan con unas escenas de una belleza que hace olvidar, la cinta bebe sin duda de los clásicos de la Hammer, pero con el peculiar estilo hispano que lo mejora con un lucimiento digamos del mediterráneo vampírico.